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14 de junio de 2017

Pobreza infantil: aseguran que Salta está entre las provincias con índices más altos

Jorge Paz, titular del IELDE, publicó los últimos datos junto a Unicef. Alertó que si se tomasen los datos de los centros rurales las cifras serían aún mayores.








El autor del informe que esta semana conmovió al país con la cifra de pobreza infantil cuenta que por estos días lo están llamando de todos los medios. Parece que los datos sorprendieron, a ellos también, sobre todo por los detalles que arrojó el documento acerca de las diversas formas de ser pobre que tienen los niños.

Jorge Paz, director del Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (IELDE) de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) junto a Sebastián Waisgrais, especialista en Inclusión Social de Unicef, analizaron las condiciones de pobreza de los niños en Argentina. Según su trabajo “La pobreza monetaria en la niñez y la adolescencia en Argentina” difundido recientemente, el 29,7% de los argentinos vive en la pobreza, pero si contamos a los niños en hogares pobres, el número trepa al 47,7%. La pobreza extrema, además afecta al 10,8% de los niños y adolescentes.

El documento de Unicef, realizado con información surgida de la Encuesta Permanente de Hogares elaborada por el Indec para el cuarto trimestre de 2016, indicó que la pobreza infantil y adolescente asciende al 85% cuando los niños habitan en un hogar en el que su jefe o jefa está sin empleo.

Además se detalló que la situación "es aún más crítica si sus padres son jóvenes, no completaron la educación media, están desocupados o tienen un empleo informal, o si el adulto a cargo es una mujer".

Paz dialogó con LA GACETA y alertó sobre la urgencia de atender la pobreza en los niños para detener procesos de vulnerabilidad hereditarios.

- ¿Estos datos lo sorprendieron?

Son sorprendentes en la medida en que hay una distancia muy grande entre la pobreza en general y la pobreza en la niñez, más grande de la que esperábamos. No sorprende que sea mayor en la niñez, siempre es así.

Indec había dado a conocer las cifras de la pobreza para la población en general y había hablado de un 30% y a nosotros nos da que la pobreza infantil está en 48%, es decir está casi 20 puntos arriba de la pobreza general. Ese es dato que sorprende porque la brecha es muy grande.

Otra cosa que sorprende es que se trata de una tasa de mínima, porque AUH te está cubriendo las ciudades más grandes, en el caso de Salta te cubre el gran Salta y no está viendo qué pasa en Orán, en Tartagal, que probablemente en esas poblaciones el índice sea más elevada la tasa de pobreza en ciudades intermedias y en zonas rurales más elevadas aún.

Entonces estamos hablando de una pobreza de no menos del 48%. Después tenés una población que yo me animaría a decir con total certeza de que la tasa de pobreza sea muy superior.


- Destacaron el rol de políticas sociales como la Asignación Universal por Hijo. ¿Qué rol está cumpliendo esta transferencia de fondos?

Tomamos todas las políticas de protección social, no solo la AUH. Lo que observamos es que efectivamente la pobreza sería mucho más elevada si estas políticas no estuviesen presentes. Ahora, lo que nosotros mostramos es que podría ser todavía mejor porque tiene la posibilidad de poder focalizarse mejor en función de lo que estamos mostrando en el trabajo.

Hay una heterogeneidad muy fuerte dentro del grupo de chicos pobres. Vos tenés chicos pobres que viven con una mamá o con un papá que está desocupado la tasa del 48% se te va al 75%. Entonces, si estas políticas de contención social pudiesen llegar a discriminar dentro de los grupos de población a determinados sectores que son muy vulnerables, como los chicos que viven con mamás que son el único sostén del hogar.

- ¿Obtuvieron datos específicos de Salta?

Hicimos la prueba de trabajar con aglomerados más pequeños y lo que pasa es que es muy volátil el dato que tenemos. Por ejemplo, si hacemos una medición en el segundo trimestre de 2016 Formosa está primera o segunda por ejemplo, y si hacés la medición en el cuarto trimestre se fue al puesto quinto o sexto.

Por ejemplo, Salta a veces aparece en el primer lugar, como la más pobre, y después aparece en el cuarto lugar o en el sexto y luego vuelven al segundo. Por eso no las incluimos en el estudio. Esperamos tener una cifra quizás más cercana y la primera que salga para hacer una comparación por ejemplo en el segundo trimestre del 2016 y segundo trimestre de 2017. Ahí podemos ver cuál es el orden de las ciudades. Pero lo que sí hay que decir es que Salta está entre las primeras.



- ¿Y cómo se están aplicando las metodologías multidimensionales que suelen aplicar desde el IELDE?

Lo hicimos con Unicef. Desde el IELDE hicimos el estudio de pobreza multidimensional general y con Unicef presentamos el informe de pobreza multidimensional en infancia. Eso ya está publicado hace pocos días.

Fue un trabajo muy fuerte y no lo hicimos con el Indec sino con una fuente de datos de la propia Unicef que es solamente de infancia. Tiene datos de 2013 y los factores que consideramos no cambian en el tiempo pero no está tan bueno para ver el ingreso. Para eso están buenas las fuentes más actualizadas como la Encuesta Permanente de Hogares.

Pero para medir la pobreza estructural en la infancia hay un montón de dimensiones interesantes, como por ejemplo el juego, la violencia en la casa, el tiempo libre, el trabajo infantil, educación, todas las dimensiones que se utilizan para hacer una verdadera mirada de la pobreza infantil, que pasa por ahí más que por el ingreso.

- Hablando de eso, el trabajo infantil en el norte es muy frecuente. ¿Qué datos actualizados tienen sobre esta problemática?

Está por salir el informe de la encuesta de trabajo infantil del ministerio de Trabajo. La última que teníamos es de 2004 – 2005. Esos datos los vamos a tener en estos días y ahí vamos a ver qué está pasando.

- A grandes rasgos, ¿qué datos pueden adelantar de ese nuevo informe?

Lo que observamos es que las dimensiones predominantes son las menos tradicionales. Por ejemplo, se vieron fuertes privaciones en el tema del juego, la violencia dentro de la casa, y observamos también grandes brechas: hogares monoparentales, brechas por estratos, padres con bajos niveles educativos.

Cuando uno mira en este informe dimensiones no tradicionales como estas que nombramos no hay tantas diferencias entre los estratos socioeconómicos. Es más uniforme, pero hay privaciones que son invisibles que no aparecen en el ingreso o en la calidad de la vivienda pero que sí aparecen cuando uno indaga cuestiones básicas para el desarrollo de la infancia, por ejemplo el juego.

A veces la respuesta en el trabajo infantil es que los chicos acompañan. Pero está estudiado que así comienza el trabajo infantil y ahí lo que uno tiene que mirar es que la mayor parte del grupo de chicos que salen a trabajar tienen privaciones en el tiempo de estudio y del juego, que son las actividades principales a esa edad.

- Estas estadísticas son fotos de la niñez de ahora, pero ¿cómo se puede analizar el futuro de estos niños a partir de esos datos?

En cuestiones de información cuantitativa no tenemos datos, lamentablemente. Sí tenemos estudios que se hicieron en otros países y muestran una situación muy delicada porque se sabe que un chico que no se nutre bien va a tener problemas a la hora de insertarse en el mercado del trabajo. Probablemente reproduzca su situación de niño en su adultez.

Es la famosa pobreza hereditaria o intergeneracional y es un problema de nunca acabar porque justamente los daños que se producen a nivel general de aprendizaje y salud.

Nosotros encontramos 1,3 millón de chicos que no comen todos los días, son chicos que no se van a poder insertar en el mercado del trabajo y se insertan, probablemente lo hagan en puestos marginales que ocupan hoy sus padres y que tienen tasas de pobreza por encima del 60%.

Lo que se puede prever es que este panorama no va a cambiar en el futuro porque hay un problema de herencia. Así como la riqueza, la pobreza también se hereda.

Esa una de las razones principales de por qué es una buena política para radicar la pobreza trabajar sobre los niños, independientemente de las razones que nadie duda, pero hay que empezar por acá, porque es el momento de cortar esa cadena de pobreza intergeneracional.

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